EL MALTRACTAMENT A LA GENT GRAN

 

“L’acció única o repetida, o la manca de resposta apropiada, que passa dins d’una relació on hi ha una expectativa de confiança i la qual produeixi dany o angoixa a una persona gran” (definició de maltractament donada per la Declaració de Toronto per a la Prevenció Global del Maltractament de les Persones grans (2002).

Som al 2023 i seguim parlant del maltractament a les persones grans. No crec que sigui perquè el maltractament a dit col·lectiu sigui nou, de fet, sempre ha existit; el què sí ha canviat es que ara tenim ben definit que és, i de l’altra, és que de cada vegada aquesta població anirà en augment, i no únicament als països occidentals, sinó que serà a nivell global.

Davant d’aquesta paradoxa, que sabem que és i que sabem que de cada vegada seran més, la pregunta clau que hauria de fer-se aquells que no han arribat als 60 anys i que els menystenen, que passarà el dia que aquests qui provoquen dany avui, i demà, quan tinguin la seva edat, siguin víctimes? Que sentiran quan això passi?

Independentment de l’anterior, hi ha un maltractament que és difícil de combatre: és el que prové a nivell “institucional”. En efecte, en altres articles hem parlat de com el COVID va servir per estigmatitzar a la gent gran com més propensos a tenir els símptomes més greus o com els tenien a les residències amb un tracte poc humà (total, ja estan més prop de morir-se).

Però existeix, sens dubte, el pitjor maltractament d’una persona en edat avançada: Solitud. Està molts llocs, a l’hospital, a casa, a la residència, al parc, al carrer, a la sala d’estar, al balcó, etcètera. Però la solitud afecta a totes les edats i segurament aquell qui té una visió negativa envers l’envelliment, potser haurà de pensar el què farà quan arribi a la seva edat sol/a. Pot passar.

Ràimon. 39 anys

 

 

Fonts consultades:

Maltractaments a persones grans

https://dretssocials.gencat.cat/web/.content/03ambits_tematics/04gentgran/maltractaments_persones_grans/documents/guia_per_accio_deteccio.pdf

Maltrato de las personas mayores

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/abuse-of-older-people

 

DÍA MUNDIAL DE LA TOMA DE CONCIENCIA DEL ABUSO Y MALOS TRATOS A LAS PERSONAS MAYORES.

 

REFLEXIONES COMPARTIDAS

Mi primer contacto con el maltrato a personas mayores fue en la adolescencia, no recuerdo la edad concreta, posiblemente 16 o 17 años. Fue a través de una buena amiga que conocí en el instituto, unos dos o tres años mayor que yo. Me propuso acompañarla a visitar a su abuela que vivía en una residencia a unas cuantas paradas de autobús de nuestras casas. Me pareció una buena forma de pasar la tarde y acepté. Lo que vi en la “residencia” (era un piso hacinado) me ha acompañado toda la vida y hoy, aunque ha pasado mucho tiempo y los detalles se han borrado de mi mente, en mi corazón permanece la misma sensación de incomprensión, horror, indignación y profunda tristeza. No voy a describir lo que vi y escuché allí porque lamentable e increíblemente, seguimos viéndolo y escuchándolo en las noticias de dentro y fuera de nuestras fronteras, pero sí quiero compartir el poso que dejó en mí aquella visita, y para ello explicaré primero, la experiencia vital que yo tenía sobre las personas mayores de mi familia, y de mi entorno más próximo.

Vi a mis padres ocuparse de mi abuela paterna por un tiempo concreto, por circunstancias familiares y costumbre. Encarna, que así se llamaba, pasaba tres meses con cada uno de sus tres hij@s, dos hombres y una mujer. Mi madre se dedicada más a lo alimenticio-corporal, y mi padre más a lo recreativo cuando volvía del trabajo. La relación entre mi madre y su suegra era muy buena y eso facilitó un poco las cosas, además de la llegada de la bendita lavadora; mi madre siempre ha dicho que gracias a su suegra llegó esa aliada a casa, aunque ya hacía tiempo que  era necesaria en un hogar con tres hij@s y un marido que trabajaba en la construcción. Mis padres procedían de familias humildes y tradicionales en las que lo natural era “cuidar a l@s abuel@s” y nadie se planteaba otra alternativa; como mucho, lo que hicieron mi padre y mis ti@s, es decir, en lugar de ser la hija la que se ocupase solo de su madre, que también lo hiciesen los hijos (más bien, las nueras).

Con esos antecedentes y  lo que había oído decir en el seno familiar de las residencias: “qué malos hijos, han llevado al padre/madre a una residencia” o “se lo han llevado al asilo a morir, como si no tuviera familia”, sentía curiosidad por conocer lo que eran, para sacar mis propias conclusiones.

Desde aquella visita a la abuela de mi amiga, todo lo que tiene que ver con el envejecimiento activo, los estilos de vida saludables, los cuidados en general, y en particular a las personas mayores dependientes, me interesa, y creo que me ha hecho más consciente del paso del tiempo, de lo efímera que es la juventud física y del poco valor que le damos a la vida en su conjunto, pero de manera particular, al periodo final de nuestra existencia, cada vez más extenso en los países desarrollados económicamente hablando (no en otros aspectos), siendo este en mi opinión, un periodo de especial VALOR, en el sentido más amplio de la palabra, para el que es necesario prepararse, me explico:

Hablando en sentido amplio, sin tener en cuenta patologías genéticas, de nacimiento o sobrevenidas y las limitaciones que puedan conllevar, así como catástrofes naturales y/o provocadas por el ser humano, podemos vivir las primeras etapas de la vida, casi sin esfuerzo consciente. De la mano de la biología, el impulso vital nos llevará a la plenitud de las facultades físicas, y las limitaciones vendrán del poder que le demos a nuestra mente. Para envejecer con dignidad, con sabiduría, con plenitud, con consciencia, el proceso se invierte. Hay que prepararse hay que SER y  ESTAR, hay que complementar el impulso vital con el impulso mental, para hacer frente a los cambios inevitables que se producirán en nuestro cuerpo-mente y si no nos preparamos para ello, la vida me enseña cada día, que nuestro paso por ella queda reducido a un mero tránsito, a una existencia vaciada de contenido por nosotros mismos primero, y a merced de la sociedad que nos contiene, después, siendo esto un caldo de cultivo para que sean otr@s los que dirijan nuestras vidas, con el riesgo que eso implica. Creo que la vida es la culminación de un proceso, de un camino, de un existir siendo, y no de un devenir incierto en lo mental-emocional, y predecible en lo biológico orgánico.

Se envejece como se es, los años no hacen milagros en las personas, por eso los cambios de mentalidad, la dimensión más humana del hombre, del mundo, tienen que irse forjando ya desde el mismo momento en el que estamos en el pensamiento de aquell@s a través de los que venimos a este mundo, nuestros padres. Ellos nos aportan una impronta, que cuánto más humana sea, más difícil será que el abuso y el maltrato calen en nuestra psique. Si no se comprende la Vida en su esencia y al ser humano desde que se materializa en este mundo, como parte de un todo que NO nos pertenece, no se puede valorar y respetar ninguna fase de la vida, pero por supuesto menos aquella que nos devuelve, como si de un espejo se tratase, lo que hemos hecho y lo que no a lo largo de nuestra existencia.

Tod@s y cada un@ de nosotr@s tenemos un VALOR intrínseco e incuestionable, independientemente de nuestra edad, y cualquier otra condición susceptible de ser manipulada en beneficio de un@s poc@s. En este punto siempre llego a la misma conclusión: CONVIVENCIA y EDUCACIÓN. Para combatir cualquier tipo de abuso y maltrato, necesitamos seguir trabajando en pos de sociedades intergeneracionales, multiculturales, multirraciales, para que sean justas e inclusivas, y sea innecesario reservar un día del calendario que nos recuerde lo poco humanos que podemos acabar siendo.

Carmen 55 años.

 

MALTRACTAMENT

 

Amb l’excusa que avui se celebra el Dia Mundial de la presa de consciència de l’abús i maltractament a les persones grans, cadascun dels que recentment hem complert el 65  – essent els bebès de l’àmplia etapa de les “persones grans” !!- , i que estem encara en plena forma tenim el dret i el deure de fer visible aquesta realitat a tota la societat: a totes les persones que tenen menys edat que nosaltres adequant el llenguatge al seu moment psicoevolutiu, a tots els polítics que just ara entraran als ajuntaments per tal que vetllin per aquest bon tracte que mereixen les persones que han creat aquesta societat i que els han precedit, i també a totes aquestes elits del poder econòmic recordant que ells estan aquí gràcies a l’esforç i treball de les generacions anteriors. A tots ells ens dirigirem i els tocarem la cresta tant i com calgui amb una única finalitat: respecte i dignitat per les persones grans !!.

Núria 65 anys

 

ALS MEUS 96 ANYS

 

Als meus 96 anys, quasi 97, visc sola, però no em sento gens sola. Tinc família i bones amistats i visc en un poble petit on em sento molt ajudada. Estimo i em sento molt estimada i aquest sentiment fa sentir-me forta per seguir endavant. Soc afortunada.

Rosa 96 anys

 

 

AEPI es fa ressò del respecte i admiració que es mereix la nostra gent gran, sense cap mena de discriminació, aquest dia assenyalat i sempre.

AEPI se solidariza por el respeto y admiración que nos merecen nuestros mayores, sin ningún tipo de discriminación, el día mundial de la toma de conciencia y siempre.